EUROPA
PRESS
16 febrero
2017
Un último estudio sobre la terapia hormonal y la enfermedad de
Alzheimer no muestra relación alguna entre tomar los medicamentos y el
desarrollo o no de la enfermedad años más tarde, como se informa en un artículo
publicado en la edición digital de este miércoles de 'Neurology',
la revista médica de
Algunas
investigaciones anteriores han demostrado que la terapia hormonal puede elevar
el riesgo de la patología neurológica, mientras que otras han demostrado que
puede reducir el riesgo.
"Aunque
las mujeres todavía deben analizar con sus médicos acerca de los riesgos y
beneficios de tomar hormonoterapia durante la menopausia, este estudio no
proporciona pruebas sólidas de que la terapia hormonal pueda proteger a las
mujeres de la enfermedad de Alzheimer", afirma la autora del estudio, Bushra Imtiaz, de la Universidad
de Finlandia Oriental, en Kuopio.
Para el
estudio, se envió por correo a todas las mujeres de 47 a 56 años que vivían en
la provincia de Kuopio, en Finlandia, cuestionarios
cada cinco años desde 1989 hasta 2009. Fueron ellas las que aportaron
información sobre el uso de la terapia hormonal, que también estaba disponible
en un registro finlandés a partir de 1995. Para tener datos sobre el
diagnóstico de la enfermedad de Alzheimer, los autores se basaron en un
registro.
De las
8.195 mujeres que fueron seguidas para su evaluación completa durante 20 años,
4.401 informaron de usar terapia hormonal y un total de 227 mujeres
desarrollaron la enfermedad de Alzheimer durante el estudio. El uso de la
terapia hormonal después de la menopausia no se asoció con el riesgo de
Alzheimer, una conclusión extraída tanto tras analizar la información que
aportaron las mujeres como los datos del registro.
Cuando
los autores sólo miraron a las mujeres que informaron que habían usado la
terapia hormonal durante más de diez años, encontraron un riesgo reducido de la
enfermedad de Alzheimer en comparación con las mujeres que no usaron la terapia
hormonal. Sin embargo, el resultado no fue tan fuerte cuando los científicos
examinaron el uso de hormonas y cualquier tipo de demencia.
Cuando
los investigadores observaron a las mujeres que usaron terapia hormonal durante
más de diez años basándose en los datos del registro, no encontraron ningún
riesgo reducido de enfermedad de Alzheimer. Imtiaz
plantea como una posible explicación para los diferentes resultados el periodo
de tiempo diferente de los datos aportados por las participantes y los datos
del registro.
Imtiaz dice que las
limitaciones del estudio son que como parte de la información fue aportada por
las participantes, éstas pueden no recordar la información con precisión y que
los investigadores no podían controlar los resultados en las personas que
tenían una predisposición genética a la enfermedad de Alzheimer.